Tuesday, May 30, 2006

TRABAJO Y DINERO PARA TOD@S (Sustentablemente)

TRABAJO Y DINERO PARA TOD@S (Sustentablemente)
James Robertson

En mi trabajo "Una Nueva Economìa para los Pueblos y el Planeta" recalquè:

1. La importancia de una mayor auto-dependencia econòmica para naciones, regiones dentro de naciones, ciudades y distritos, vecindarios comunitarios, y para las personas y las familias.
2. La importancia de conservar los recursos naturales y el medio-ambiente.

Estos dos rasgos de la economìa post-moderna afectaràn profundamente la naturaleza del trabajo, la forma en que se organiza y nuestras actitudes hacia èste.

PANORAMA HISTORICO

En las sociedades antiguas, como la Griega y la Romana - y tambièn en algunas sociedades màs recientes -, la mayorìa de las personas tenìa que trabajar como esclavos. El trabajo de la sociedad estaba organizado sobre la base de una clase superior y una subordinada: Los amos y los esclavos. Posteriormente, en las sociedades feudales y del Medioevo, la mayorìa de las personas - la "plebe", como se les llamaba - tenìan que trabajar como siervos. El trabajo de la sociedad aùn estaba organizado sobre la base de una clase superior y otra subordinada: Los empleadores y los empleados.

Esto ha representado un progreso històrico hacia una libertad e igualdad un poco mayor. Pero el postulado bàsico sigue siendo que la mayorìa de la gente debe trabajar como subordinada de sus superiores - los empleados para su empleador -, sea en el sector comercial estatal, profesional o no gubernamental. La mayorìa de las personas no tienen la oportunidad de trabajar para sì mismas y entre sì, en trabajos de su propia elecciòn, bajo su propia direcciòn, de acuerdo con sus propias prioridades y valores. ¿Està finalizando ya la Era del empleo?. ¿Regresarà alguba vez el empleo pleno?. En realidad, en muchas sociedades el empleo pleno nunca existiò en el sentido de que todos podìan obtener una clase de trabajo que les permitiera ganarse un buen sustento. Pero incluso en esos paìses en que se ha visto empleo pleno en el pasado reciente como una meta factible - en Europa, Amèrica del Norte y otros paìses industriales ricos -, la competencia cada vez m‡s intensa en una economìa globalizada est‡ haciendo cada vez menos realista suponer que los empleadores podràn proporcionar trabajo para todos, En un paìs como Sudàfrica, tiene que ser completamente obvio para cualquier visitante observador de los municipios y los campamentos de residentes ilegales, que las polìticas econòmicas convencionales no pueden concebiblemente crear suficientes empleos para proporcionar el sustento del 43% de la poblaciòn en edad laboral, la que se cree està desempleada.

¿QUÈ VIENE DESPUES DE LA ERA DEL EMPLEO?

Nadie està sugiriendo que el empleo llegarà a su fin total, y que dejarà de existir. Lo que yo estoy sugiriendo es que ahora necesitamos redefinir el trabajo para que incluya algo màs que encontrar simplemente a un empleador que nos proporcione trabajo. Otras clases de trabajo, ademàs del empleo, deben incluir:

1. El trabajo por cuenta propia;
2. Trabajar en una empresa cooperativa o comunitaria, y formar parte de las decisiones acerca de sus operaciones y administraciòn;
3. El trabajo voluntario, en organizaciones no comerciales y no gubernamentales;
4. El trabajo personal útil y no remunerado, incluìdas las administraciòn del hogar, la crianza de los hijos y la atenciòn a parientes, amigos y vecinos.

Yo llamo a este tipo de actividad 'Trabajo Propio'. Veo la transiciòn de una Era de empleo a una Era de Trabajo Propio como parte de la transiciòn de la Edad Moderna a la Postmoderna. Espero que el trabajo - en el sentido de actividad socialmente œtil que es importante para el trabajador - siga siendo una parte esencial de la vida de la mayorìa de las personas. Pero espero un cambio contìnuo que se aparte del empleo hacia el Trabajo Propio; e incluso una indefiniciòn de lo que la gente ve como trabajo elegido por la persona y tiempo libre productivo. En lo referente a la polìtica, esto significa que - indudablemente - debemos hacer lo que podamos para incrementar la oferta de empleos. Pero tambièn debemos adoptar polìticas que estimulen otras formas de trabajo. Estas polìticas deben aumentar el nùmero de personas que organicen ellas mismas el trabajo remunerado y no remunerado para que el trabajo sea de su propiedad. Entonces la sociedad se centrarà menos en el empleador y màs en el pueblo.

Los ciudadanos seràn entonces màs libres que en las sociedades de hoy de la dependencia de los empleadores y del Estado para proporcionarles empleo. Contra este legado, el tema fundamental de nuestro enfoque para el futuro del trabajo debe ser estimular la autodependencia. Necesitamos polìticas de sustituciòn de importaciones en todos los niveles. En el plano nacional, estas deben contribuir a reducir nuestra dependencia de las importaciones, la cual tenemos que pagar producuiendo màs exportaciones para adquirir la divisa necesaria. De igual modo, en los niveles de ciudad, barrio, y casa, se necesitan polìticas que permitan a muchos de nosotros ser menos vulnerables a la dependencia de los empleadores y suministradores de bienes y servicios con sede en otros lugares. Dos ejemplos del enfoque de la polìtica de acciòn que sigue estas lìneas tienen que ver con:

1. Los impuestos y beneficios de la seguridad social, y
2. La independencia econòmica local.

LOS IMPUESTOS Y LOS BENEFICIOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL

El creciente interès en los impuestos ambientales o Eco-impuestos - impuestos sobre el uso de los recursos naturales y sobre las actividades contaminantes - tiene una relaciòn directa con e futuro del trabajo. En este sentido, la supervivencia social y econòmica està estrechamente vinculada a la sustentabilidad ambiental. Como las posiblidades de introducir impuestos ambientales han sido estudiadas y discutidas, se ha hecho cada vez m‡s evidente que èstos deben estar balanceados por la reducciòn - y quizàs final eliminaciòn - de otros impuestos como los impuestos sobre el empleo, los ingresos y los negocios. La lògica que subyace tras este cambio es sencilla: No tiene sentido cargar de impuestos a las personas por el valor que añaden mediante un trabajo y un negocio ùtiles, y no cobrarles impuestos por el valor que sustraen al utilizar los recursos y valores comunes (por recursos y valores comunes quiero decir los recursos y valores creados por la Naturaleza y la sociedad en general, y no por el trabajo, la habilidad y la iniciativa de los individuos y organizaciones que los usan o poseen. Un ejemplo es la capacidad del medio-ambiente para absorver la contaminaciòn y los desechos; otro es el valor de lugar no mejorado de la tierra. Por lo tanto, la propuesta es que la gente y las compañìas deben pagar a la sociedad por utilizar estos recursos comunes: "El contaminador paga" en el caso de la contaminaciòn, y el propietario paga el "alquiler" en el caso de la tierra).

Sin embargo, existe un problema importante con relaciòn a los impuestos ambientales. Si caen directamente sobre los consumidores , perjudican a las personas pobres comparativamente m‡s que a las ricas. Tuvimos un buen ejemplo de esto hace dos años en Gran Bretaña. El Impuesto al Valor Agregado (IVA) se cargò a la energìa de los hogares. Muy naturalmente, se produjo una gran protesta polìtica contra el caràcter agresivo del impuesto. Este problema hay que enfrentarlo. Una manera de hacerlo es asegurarse de que los eco-impuestos sobre los consumidores estèn acompañados de impuestos que afecten màs a las personas ricas que a las pobres. El impuesto del alquiles de la tierra constituye un buen ejemplo de esto. ¡Las personas que poseen tierras valiosas por lo general son m‡s ricas que los que no las poseen!.

Otra forma de enfrentarlo depende de còmo se utilice la recaudaciòn de los eco-impuestos. Estudios realizados en Suiza y Alemania han demostrado que si las recaudaciones de esos impuestos pueden distribuìrse a todos como una "eco-retribuciòn", puede invertirse el efecto regresivo del impuesto. Independientemente del hecho de que los consumidores ricos tienden a usar m‡s energ’a y recursos que los pobres y por tanto pagar’an màs impuestos, las eco-retribuciones serìan comparativamente màs valiosas para los ciudadanos pobres, pues recibir una misma cantidad de dinero le reporta màs a una persona pobre que a una rica. He indicado anteriormente (N. del T.: Ver ECOVISION #4: Un Nuevo Contrato Social) que las eco-retribuciones distribuìdas a todos los ciudadanos a partir de las recaudaciones de un creciente nùmero de eco-impuestos se sumarìan al final a un Ingreso Bàsico Ciudadano , que cada uno debe recibir como un derecho de ciudadano.

No quiero entrar en mucho detalle en este aspecto. Pero he aquì la forma de hacer un nuevo paquete de polìticas basado en los siguientes principios:

1. Las personas deben pagar a la sociedad por los recursos comunes que utilizan y por la ganancia que extraen al utilizarlos;
2. Todos los ciudadanos deben disfrutar de una parte equitativa de la recaudaciòn pública resultante; y
3. La gente no debe pagar impuestos sobre los frutos de su trabajo, habilidades o iniciativa.

Estos principios pueden sostener un nuevo pacto social para la Era post-moderna, por los cuales los derechos económicos fundamentales se compartir’an con más justedad entre todos los ciudadanos, mientras que se remunerarìa plenamente el trabajo duro, las habilidades e iniciativa. En lo referente al trabajo, los cambios en estas lìneas reducirìan el actual incentivo de sustituir a los trabajadores por maquinarias de alto consumo energètico y capital. Por lo que esto facilitarìa a las personas obtener un empleo. Proporcionando un ingreso bàsico (el Ingreso Bàsico Ciudadano), tambièn se facilitarìa a las personas que realizan trabajo ùtil no remunerado disfrutar de un sustento sin tener que buscar un trabajo remunerado a tiempo completo.

LA AUTODEPENDENCIA LOCAL

Un resultado de elevar el costo de la energìa mediante impuestos serà el aumento del costo del transporte. Esto harà màs economicamente atractivo producir bienes localmente para el consumo a ese nivel y crearà oportunidades adicionales de empleo comunitario. La cuestiòn del aumento de la autodependencia econòmica local resulta decisiva para el futuro del trabajo. Necesitamos comprender y aceptar la importancia de permitir que la gente de la localidad utilice sus recursos para satisfacer sus necesidades, y cuàn estrechamente ligado està esto al desarrollo sostenible y a las iniciativas de la Agenda 21 Local que ahora se persigue en muchos paìses despuès de la Cumbre de la Tierra de 1992 de Rìo de Janeiro. Se necesita un estudio organizado adecuadamente de las diversas maneras posibles en que una localidad pudiera producir in situ una gran parte de sus productos bàsicos - como los alimentos y la energìa - necesarios para su consumo, de las formas en que los desechos puedan ser reciclados allì, asì como de otras variantes para usar el trabajo de esa comunidad con vistas a proporcionar recursos propios de utilidad local.

Los gobiernos nacionales y locales tienen que apoyar el desarrollo de las nuevas instituciones econòmicas en la base, como la creaciòn de bancos de desarrollo local, uniones de crèdito y Sistemas Comerciales de Intercambio o Trueque Local (LETSystems) mediante los cuales los miembros puedan crear un nuevo medio de intercambio paralelo con la moneda normal y separado de ella, con vistas a apoyar el intercambio de bienes y servicios entre ellos. Esta es una esfera en la que la experiencia y la informaciòn se han formado con rapidez en los ùltimos años en paìses Europeos (N. del Ed.: Ver ECOVISION #4, el artìculo Sistemas de Intercambio Local y el libro "Short Circuit: Strengthening Local Economies for Security in an Unstable World" - Green Books: www.greenbooks.co.uk).

EL TRABAJO DEL HOMBRE Y EL TRABAJO DE LA MUJER

En las sociedades campesinas preindustriales, hombres y mujeres trabajaban cerca de sus casas y barrios, y compartìan tareas que tenìan que realizarse en los alrededores. A medida que fueron desarrollàndose las sociedades, aumentò la divisiòn entre el trabajo del hombre y el de la mujer. Los hombres comenzaron a obtener la mayor parte de los trabajos remunerados. Este trabajo se realizaba mayormente lejos de la casa, para empleadores a quienes los obreros vendìan su tiempo de trabajo. Era un trabajo hecho en beneficio del empleador o para alcanzar los objetivos e intereses de este, no los de la persona que realizaba la labor. Con el paso del tiempo, el trabjo remunerado de los hombres adquiriò una categorìa superior al trabajo no remunerado de la mujer dentro y alrededor de la casa y el barrio. Observando esto ahora sin apasionamiento, parece extraño que, en las sociedades industriales tardìas, el importante trabajo centrado en la persona que la mujer ha hecho tradicionalmente - dar a luz a los hijos, cuidarlos y criarlos mientras son niños, atender a otros miembros de la familia, administrar la casa y participar en los intereses del vecindario - llegò a ser considerado de una categorìa inferior que la del trabajo màs impersonal del hombre: Resolver cosas en las fàbricas, papeles en las oficinas o ideas en lugares como las universidades e institutos de investigaciòn.

Por supuesto, los ùltimos cincuenta años o màs han sido testigos, en la mayorìa de los paìses pero no en todos, del aumento de una mayor igualdad entre hombres y mujeres. Por lo que èstas disfrutan ahora de màs igualdad para cooperar y competir con los hombres en el trabajo de la economìa pagada (o formal). Pero todavìa se espera que la mujer tenga una parte de responsabilidad mucho mayor por el trabajo no remunerado de la casa y la familia. Por esto con frecuencia pueden dar menos tiempo, energìa y entrega que el hombre a las labores remuneradas de la economìa formal, y por lo tanto siguen estando en desventaja. Pero, igualmente importante, esto significa que el trabajo esencial de la casa, la familia y el barrio siga consideràndose menos valioso que el trabajo remunerado que realizan los empleados para sus empleadores. Los economistas convencionales no consideran al hogar como un lugar de trabajo, aunque gran parte de las labores fundamentales se realice allì.

Los economistas convencionales no consideran que esa parte de la poblaciòn sea economicamente activa, ni siquiera mienbros de la fuerza laboral. Estiman que las personas que hacen este tipo de trabajo en la economìa informal son economicamente dependientes de los ocupados en la econom’a formal. Olvidan que la capacidad de las personas de emplearse por remuneraciòn en la economìa formal depende del trabajo bàsico no remunerado de supervivencia y subsistencia que se realiza para mantener la contituidad de la casa y la familia. La cuestiòn es que, debido a que los economistas convencionales pueden cuantificar lo que sucede en la economìa formal - la cantidad de producciòn, de ganancia, el ritmo de crecimiento econòmico, el número de empleos, la recaudaciòn de los impuestos, etcètera - lo ven como un hecho real; mientras que, ya que no pueden contar lo que sucede en el sector informal, suponen que este no existe. Como deza el dicho, si no pueden contarlo, no cuenta.

Esto nos hace regresar a la cuestiòn del dinero y la dependencia que se tiene de èl. Una de las propuestas que presentan personas como yo en Europa es que nuestras polìticas deberìan estimular a màs gente - mujeres y hombres - a acometer el trabajo no remunerado que implica cuidar bien a los hijos y el hogar. La sugerencia de un Ingreso Bàsico Ciudadano (IBC-IBeCè), como parte del paquete de cambios en los impuestos y beneficios discutido antes, constituye una posibilidad. Pero èsta es una propuesta especìfica. La cuestiòn es: ¿Còmo hacer que màs personas realicen el trabajo no remunerado esencial del cual dependen nuestras sociedades, tanto para su supervivencia actual como para su desarrollo saludable y sustentable futuro?.

LAS TECNOLOGIAS

Con vistas a que cada vez más personas trabajen por la supervivencia y la sustentabilidad, hace falta diseñar y diseminar tecnologías que sean habilitadoras y conservadoras, o sea, que puedan utilizarse en una escala humana por las personas en sus casas y barrios, y en una escala local, para proporcionar los productos bàsicos necesarios como el combustible y la electricidad. En realidad, las tecnologìas energèticas "blandas" - que incluyen sobre todo las tecnologìas que contribuyen a la eficiencia y a la conservaciòn energèticas, y al suministro de energìa renovable a pequeña escala - estàn entre las màs importantes. Otros ejemplos incluyen las tecnologìas alimentarias: Para la cocina domèstica y la agricultura y horticultura orgànicas a pequeña escala. Otros incluyen tecnologìas para la reparaciòn y el mantenimiento, el reacondicionamiento y el reciclado local de equipos que de otra manera podrìan desecharse y sustituirse por nuevos equipos fabricados e importados desde el exterior; y tecnologìas de la informaciòn y las comunicaciones que puedan utilizarse por individuos y comunidades locales en apoyo de sus propias necesidades, preocupaciones e intereses.

LA EDUCACION

La educaciòn tiene que programarse de forma que coadyube a que niños, jòvenes y adultos lleven vidas independientes y conservadoras. Todo el mundo necesitarà conocimientos pràcticos para administrar su propia vida - su trabajo, casa, familia, salud y tiempo libre -, asì como las habilidades para trabajar para sus empleadores. Todo el mundo tambièn necesita ganar confianza y aptitudes para pensar de manera independiente sobre què clase de vida y sociedad quieren para ellos mismos y sus hijos, y aprender lo que estàn pensando otros pueblos en otras partes del mundo. Todo el mundo necesita aprender las habilidades personales e interpersonales para vivir y trabajar en comuniòn, en el tipo de sociedad que proporcione a todos màxima libertad siempre que no la utilicen para dañar la libertad de los demàs.

EL TRABAJO BUENO Y EL TRABAJO MALO

¿Es el trabajo una cosa buena o mala?. ¿Es una bendiciòn, una forma de orar a Dios, como nos enseña un precepto Cristiano?. ¿O es el trabajo una maldiciòn, lanzada sobre la raza humana despuès de la expulsiòn de Adán y Eva del Paraìso, como nos dice otro precepto Cristiano?. La respuesta, seguramente, es que el trabajo puede ser bueno o malo en dependencia del tipo de trabajo que sea. Un trabajo bueno es el que hacemos para nosotros mismos, nuestras familias y nuestras sociedades, porque es un trabajo valioso. En una sociedad autodependiente y conservacionista, èste serà cada vez màs el tipo de trabajo que nos proporcionarà a nosotros y a otros pueblos los artìculos de primera necesidad para la vida, nos permitirà a nosotros y a ellos desarrollar nuestras habilidades y capacidades humanas, y conservar - o quizàs hasta enriquecer - los recursos y bondades de la Naturaleza.

Un trabajo malo es el que hacemos bajo coacciòn, porque tenemos que hacerlo, no porque sea valioso en sì, sino porque sirve a los intereses de empleadores o de otros de los cuales dependemos. Incluye los tipos de trabajos que dañan la salud y las capacidades de autodependencia y autodesarrollo de nuestro pueblo y de otros, o que perjudica al medio-ambiente natural. Considero el derecho de hacer un trabajo bueno como aspecto medular del derecho de ser responsable, y veo este derecho como un derecho fundamental del ser humano.

Texto aparecido en el libro "Cuba Verde: En busca de un Modelo para la Sustentabilidad en el Siglo XXI", publicaciòn que reune las ponencias en el Seminario Internacional que tuvo lugar en la Habana, Cuba, en 1997 (Editorial Josè Martì. Calzada No. 259 entre J e I, Vedado, Ciudad de la Habana, Cuba). Texto reproducido por Pedro di Giròlamo con autorizaciòn del autor.
James Robertson en la Internet: www.jamesrobertson.com

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